domingo, 1 de septiembre de 2013

Combo de producto Kokoro Kara+3 sobres de origami en papel ilustración

Combo colgante corazón+3 sobres corazón en papel ilustración



Colgante mariposa+3 sobres camisetitas
                                               

                                                 



Señalador vestido+3 sobres camisas
Señalador Tsuru+3 sobres de origami
                                               




Souvenir mini Porta retrato




sábado, 13 de julio de 2013

Aros Estrellitas




Nuevo taller y espacio showroom



 No hay que ser agricultor, para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se impacienta frente a la semilla sembrada, halándola con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas: ¿Crece, por favor!
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses, no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla, durante los primeros siete años, a tal punto que, un cultivador inexperto, estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas, la planta de bambú, crece ¡más de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento, que iba a tener después de siete años. Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar solucionas rápidas y triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno, y que éste requie re tiempo. De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones, estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante. En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y acepta que "en tanto no bajemos los brazos", ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo dentro nuestro... estamos creciendo, madurando.
Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.
Si no consigues lo que anhelas, no desesperes...quizá sólo estés echando raíces...
 Como el bambú japonés, luego de siete años, he cambiado de hogar, y aquí tengo mi propio espacio para el taller, y para mostrar los productos en el showroom. Gracias, gracias, gracias...totales, a mi familia, a mis amigas y a todos los seguidores de Kokoro Kara.

viernes, 1 de marzo de 2013

Arriba los corazones!





Aros Tsuru

 Una antigua leyenda japonesa (Senbazuru), cuenta que aquel que doble mil grullas, será recompensado con un deseo, ya sea tener una larga vida, ó sanarse de alguna enfermedad. Ahora podés lucir dos tsurus (grullas) en forma de aros de tela, plegadas con la técnica de origami. Esto te recordará cada día frente al espejo, que te faltan 998 más... para lograr salud, longevidad y una larga y saludable vida!
 






Teresa Duggan (bailarina, coreógrafa y directora), luciendo Aro solitario Tsuru